13 Si se recoge a una ciudad, todo Israel llevará cuerdas y la
arrastraremos hasta el torrente, de modo que no se pueda hallar en ella ni un
pedrusco.»
14 Absalón y todos los hombres de Israel dijeron: «El consejo de
Jusay el arquita es mejor que el consejo de Ajitófel.» Es que Yahveh había
decidido frustrar el consejo de Ajitófel - que era bueno - para traer Yahveh
la ruina sobre Absalón.
15 Después Jusay dijo a los sacerdotes Sadoq y Abiatar: «Esto ha
aconsejado Ajitófel a Absalón y a los ancianos de Israel; y esto y esto he
aconsejado yo.
16 Ahora mandad rápidamente a avisar a David: “No hagas noche en
las llanuras del desierto. Pasa sin tardanza al otro lado, no vaya
a ser
devorado el rey y todo el pueblo que le acompaña.”»
17 Jonatán y Ajimaas estaban apostados en la fuente de Roguel. Una
criada vendría a avisarles y ellos irían a comunicárselo al rey David, porque
no podían dejarse ver al entrar en la ciudad.
18 Pero los vio un muchacho y avisó a Absalón. Entonces los dos
partieron a toda prisa y entraron en casa de un hombre de Bajurim. Tenía
éste un pozo en el patio y los bajaron a él.
19 La mujer tomó una manta, la extendió sobre la boca del pozo, y
puso encima grano trillado; de modo que no se notaba nada.
20 Llegó la gente de Absalón a la casa, donde la mujer, y dijeron:
«¿Dónde están Ajimaas y Jonatán?» La mujer respondió: «Han pasado más
allá hacia el agua.» Buscaron, pero no hallaron nada y se volvieron
a
Jerusalén.